BOSTON CELTICS 98 - DETROIT PISTONS 80

De la mano de un fantástico Allen Iverson, los Pistons arrancaron con fuerza en Boston, colocando un 2-13 al inicio del choque, pero los Celtics fueron poco a poco entonándose, especialmente de la mano de un Rajon Rondo en estado de gracia, acompañado posteriormente por Tony Allen, consiguiendo llevar el partido empatado a 21 al acabar el primer cuarto.
En el segundo, los suplentes de los Celtics se impusieron con facilidad a los de Detroit, alcanzando las primeras ventajas amplias, y decidiendo ya el partido los de Boston en el tercer cuarto, cuando se colocaron 18 arriba a mitad del periodo. Malos porcentajes en los Pistons, causados principalmente por una intensa defensa céltica, y el acierto de ataque de los pupilos de Rivers dejaban el choque totalmente muerto, dedicado ya durante todo el último cuarto a los llamados “minutos de la basura”.